En España, en torno al 45% de los ciudadanos tiene contratado un seguro de vida. Curiosamente entre el 20 y el 25% de estos tienen una cobertura inferior a 6.000 euros.
En España, en torno al 45% de los ciudadanos tiene contratado un seguro de vida. Curiosamente entre el 20 y el 25% de estos tienen una cobertura inferior a 6.000 euros.
El objetivo de un seguro de vida no es procurar hacer más rico al vendedor del mismo, sino evitar el colapso económico de quien lo contrató o de sus seres queridos. El fallecimiento o la incapacidad total supone la imposibilidad de continuar pagando nuestras facturas y es el montante de esta necesidad lo que debemos asegurar. Según este principio, cabría suponer que casi la mitad de las familias pueden salir adelante y cubrir todas sus necesidades por menos de 6.000 euros. Debo confesar que en mi caso no es posible, ni en el caso de nadie que yo conozca.
Hacer un análisis de nuestras necesidades financieras es fundamental a la hora de contratar un seguro de vida si el objetivo es garantizar el presente y el futuro de nuestro modelo económico. Si el objetivo es comisionar al representante de la compañía aseguradora podemos saltarnos ese análisis y continuar contratando cantidades ridículamente insuficientes.